El documento pdf adjuntado es el proyecto final "Sentir Para Ver Arte"
REFLEXIÓN PERSONAL PARA EL PROYECTO "SENTIR PARA VER ARTE"
La fotografía es algo que va más allá de sacar el teléfono y hacer una foto. He aprendido que en una sola foto se pueden capturar ideas, emociones, sentimientos, recuerdos, se pueden aprender mucho simplemente con ver una fotografía.
En la primera salida de campo que tuvimos en el centro de Granada, me salí mucho de mi zona confort en cuanto a la fotografía y me di cuenta que hay más opciones a parte de la fotografía a color con el encuadre predeterminado del teléfono. Aprendí a observar mejor mi entorno, a fijarme en detalles que de diario no me fijo y a darme cuenta de los pequeños detalles que hay en la ciudad, por ejemplo una pegatina en una farola, un palé en una plaza o una fregona en un balcón. También, dejé de preocuparme tanto por la nitidez o movimiento de la fotografía, aprendí que una buena foto también se puede ver borrosa, no tiene que estar “perfecta”.
Esto al relacionarlo con la educación llego a la conclusión que la fotografía puede desarrollar habilidades de observación y reflexión. Además, este proceso me ha demostrado que se aprende mucho más a través de experiencias prácticas, como esta salida de campo, que simplemente estando en el aula viendo las fotos que podríamos haber tomado.
La segunda salida de campo, en la que fuimos al Colegio Máximo de la Cartuja, fue imprevista y aprendí varias cosas. Al igual que en la anterior salida aprendí a observar el lugar y a fijarme en los pequeños detalles. En esta salida hice retratos a mi compañera y ella también me los hizo a mí y por lo tanto tengo la visión de las dos perspectivas.
La experiencia de hacerle retratos a mi compañera fue totalmente nueva ya que nunca había hecho esto. Intenté que en cada fotografía que le hacía se reflejase su personalidad y capturar su esencia. Por otro lado, la experiencia de ponerme delante de un teléfono y que mi compañera me hiciera los retratos, aquí me dí cuenta de que no me gusta que me hagan fotos porque me da vergüenza, no sé qué hacer delante de la cámara y me pongo nerviosa.
Por último en esta salida me hizo darme cuenta de que disfruto mucho más al realizar las fotos a que me las hagan a mi.
En la misma clase que se realizó esta salida de campo hubo algo que mencionó el profesor y que se me quedó grabado es que, al tomar una fotografía, no es el fotógrafo quien "captura" la imagen, sino que es la persona fotografiada quien la ofrece. Y me di cuenta de que tenía toda la razón. En una de las actividades del pdf de actividades, se proponía realizar varios retratos a alguien cercano de mi entorno. Al ponerla en práctica, entendí lo que el profesor quería decir. Yo solo me limité a tomar las fotos, pero fue la persona a la que fotografiaba quien realmente ofreció la imagen. Mi único trabajo fue encuadrar y ajustar el modo, pero la esencia de la foto venía de esa persona.
Al reflexionar sobre la parte pedagógica de esta salida de campo se llega a varias cosas. En primer lugar, se enseña a observar con una nueva perspectiva, a comunicar y a comprender tanto a los demás como a uno mismo. En segundo lugar, está relacionada con el aprendizaje activo y la exploración de diferentes perspectivas, tanto en la fotografía como en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, la experiencia de realizar retratos y ser retratado creo que también promueve el aprendizaje colaborativo y la empatía ya que nos ponemos en el lugar de nuestra compañera al experimentar las dos posiciones.
En la tercera experiencia, nuestra primera práctica de laboratorio, en la que nos pusimos el abrigo de pelo y el profesor nos hizo un retrato a cada uno, aprendí varias lecciones. La primera de ellas fue cómo una prenda de ropa puede transformar la apariencia de una persona, y cómo, incluso con la misma prenda, cada persona se ve de manera diferente. La segunda lección fue cómo una "simple" prenda puede contar una historia y permitir ver distintas perspectivas. La tercera enseñanza fue sobre el poder de los ojos y las expresiones faciales; el lenguaje corporal transmite una gran cantidad de información.
En la cuarta experiencia, en la cual trajimos prendas de ropa propias y en grupo nos realizamos retratos con ellas, al igual que en la anterior experiencia se aprendieron varias lecciones. En esta ocasión, los retratos los realizamos nosotros mismos, y también aprendí que la misma prenda de ropa no transmite lo mismo a todas las personas; por ejemplo, un abrigo puede tener diferentes significados o sensaciones dependiendo de quién lo lleve. Al igual que en la segunda salida de campo, tuve la oportunidad de experimentar ambas perspectivas: la de realizar las fotografías y la de ser fotografiado. Aunque valoro el tener la oportunidad de experimentar ambas perspectivas, sigo pensando que me gusta estar fuera de la escena y ser yo quién realiza las fotografías. Finalmente, con los retratos realizados teníamos que crear una secuencia de fotografías y con este trabajo me doy cuenta que no se trata de simplemente poner las fotos en un orden aleatorio sino que hay que ir comprobando cuál se ajusta mejor a la narrativa y cómo cada fotografía complementa a la otra.
Por último quiero comentar que, en base a todo lo comentado anteriormente, el lenguaje fotográfico y la pedagogía fotográfica se relacionan estrechamente en el ámbito educativo, ya que la fotografía no solo enseña una técnica, sino que ayuda a desarrollar habilidades de observación, reflexión, empatía y creatividad. Como ya se ha comentado anteriormente, la fotografía enseña a observar con más atención. Durante las salidas de campo, hemos aprendido a fijarnos en detalles del entorno que normalmente pasarían desapercibidos. Esto fomenta la exploración práctica, que por experiencia es más efectivo que solo aprender en el aula, ya que podemos experimentar y aprender directamente del entorno. También, la fotografía permite explorar diferentes perspectivas. Al tomar retratos y ser fotografiado, vivimos ambas experiencias, lo que nos ayuda a desarrollar empatía y entender cómo se perciben las imágenes desde diferentes puntos de vista. Esta práctica promueve la colaboración y el trabajo en equipo, habilidades esenciales en cualquier ámbito educativo. Además, la fotografía permite explorar la identidad. Al hacer retratos de otras personas, aprendemos que una imagen no solo refleja lo físico, sino también la personalidad y los sentimientos de la persona fotografiada. Esto creo que fomenta una comprensión más profunda de las diferencias individuales y promueve el respeto. Y crear una secuencia de fotos enseña a organizar y estructurar sus ideas de manera creativa. Aprendemos que no se trata solo de tomar fotos al azar, sino de narrar una historia a través de las imágenes.